Bertha Alicia Bermudez Tapia, New Mexico State University. Instagram: @silvercyl
Página web: https://www.berthabermudeztapia.com/
Captura de las fotografias: 1) H. Matamoros, Tamaulipas, México. 22 de diciembre de 2020. 2) H. Matamoros, Tamaulipas, México. 20 de febrero de 2021. 3) H. Matamoros, Tamaulipas, México. 15 de febrero de 2021. 4) H. Matamoros, Tamaulipas, México. 2 de marzo de 2021. 5) H. Matamoros, Tamaulipas, México. 2 de marzo de 2021.





Nombre de las fotografias: 1) “Camino a Través de la Incertidumbre: La Vida Diaria en el Campamento Migrante de Matamoros”. 2) “Un Refugio Temporal: Niños Jugando entre Carpas en el Campamento de Matamoros”. 3) “Mañana Congelada en Matamoros: Condiciones Invernales Extremas en el Campamento de Solicitantes de Asilo”. 4) “Juguetes Olvidados: Una Mirada a las Vidas de los Niños en el Campamento de Matamoros”. 5) “Resistencia en Medio de la Adversidad: Refugios Improvisados en el Campamento de Solicitantes de Asilo de Matamoros”.
Desde 2019, he colaborado con albergues para migrantes y solicitantes de asilo a lo largo de la frontera entre Texas y Tamaulipas, centrándome en los campamentos de Matamoros y Reynosa. Estos campamentos, a menudo improvisados y precarios, son el resultado directo de políticas como los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) y el Título 42, que han obligado a los solicitantes de asilo a períodos prolongados de espera en condiciones inseguras. Mi investigación examina cómo la infraestructura, el espacio y la creatividad dentro de estos campamentos mitigan la violencia sistémica al tiempo que destacan los procesos de resistencia de las comunidades migrantes.
La frontera entre Estados Unidos y México se ha convertido en un sitio de control militarizado, empleando estrategias de disuasión y exclusión que afectan de manera desproporcionada a migrantes de color. Políticas como el sistema CBP One complican aún más el acceso al asilo al superponer barreras digitales a las físicas, ejemplificando lo que desde la academia se describe como “violentar la espera”. Estas políticas no solo retrasan, sino que activamente perjudican a los migrantes, erosionando sus derechos y exponiéndolos a violencia, negligencia y explotación.A través de la fotografía, documento las realidades vividas en estos espacios, enfatizando el costo humano de la implementación de estas políticas fronterizas. Las imágenes proporcionan un testimonio visual de la resiliencia y agencia de los migrantes, ofreciendo una contranarrativa a la invisibilización de sus luchas y la normalización de las condiciones que enfrentan.
¿Por qué son importantes estas fotografías en particular para su investigación?
Estas fotos son fundamentales para mi investigación, ya que documentan visualmente las experiencias vividas de los solicitantes de asilo en el campamento migrante de Matamoros. Revelan las duras condiciones físicas moldeadas por políticas como los MPP y el Título 42, que obligan a las familias a soportar largas esperas en refugios inadecuados.
La primera foto, “Camino a Través de la Incertidumbre: La Vida Diaria en el Campamento Migrante de Matamoros”, destaca la resiliencia de los migrantes al navegar por caminos y refugios improvisados en un entorno de inestabilidad. Subraya su ingenio para crear espacios habitables en condiciones extremas.
La segunda foto, “Un Refugio Temporal: Niños Jugando entre Carpas en el Campamento de Matamoros”, contrasta las duras realidades con momentos fugaces de alegría, mostrando a niños jugando entre carpas. Esta imagen enfatiza la fuerza del espíritu humano y la persistente inocencia de la niñez, incluso en circunstancias desesperadas.
“Mañana Congelada en Matamoros: Condiciones Invernales Extremas en el Campamento de Solicitantes de Asilo” (Imagen 3) captura las temperaturas bajo cero y el impacto físico del invierno. Las puntas de hielo colgando de los techos de lona resaltan la vulnerabilidad de los residentes del campamento.
“Juguetes Olvidados: Una Mirada a las Vidas de los Niños en el Campamento de Matamoros” (Imagen 4) muestra las luchas de los niños a través de muñecos y juguetes abandonados, simbolizando infancias interrumpidas.
Finalmente, “Resiliencia en Medio de la Adversidad: Refugios Improvisados en el Campamento de Solicitantes de Asilo de Matamoros” (Imagen 5) retrata las adaptaciones creativas de los residentes del campamento, utilizando lonas, materiales reciclados y chimeneas improvisadas, un testimonio de la perseverancia humana.Al integrar estas imágenes en mi análisis etnográfico, busco desafiar los discursos deshumanizantes y exponer la violencia sistémica que da forma a estas condiciones de vida. Estas fotos humanizan la narrativa más amplia, proporcionando una comprensión más profunda de las dimensiones sociales de la migración.
The Weaponization of Waiting: Endurance and Violence in Migrant Camps at the U.S.-Mexico Border
Bertha Alicia Bermudez Tapia, New Mexico State University. Instagram: @silvercyl
Página web: https://www.berthabermudeztapia.com/
Captura de las fotografias: 1) H. Matamoros, Tamaulipas, Mexico. December 22, 2020. 2) H. Matamoros, Tamaulipas, Mexico. February, 20, 2021. 3) H. Matamoros, Tamaulipas, Mexico. February, 15, 2021. 4) H. Matamoros, Tamaulipas, Mexico. March, 2, 2021. 5) H. Matamoros, Tamaulipas, Mexico. March, 2, 2021.
Nombre de las fotografias: 1) “Pathway Through Uncertainty: Daily Life in Matamoros Migrant Camp”. 2) “A Temporary Haven: Children Play Amidst Tents in the Matamoros Camp”. 3) “Frozen Morning in Matamoros: Harsh Winter Conditions at the Asylum Seekers’ Camp”. 4) “Forgotten Toys: A Glimpse into the Lives of Children in the Matamoros Camp”. 5) “Resistance Amid Hardship: Improvised Shelters at the Matamoros Asylum Seekers’ Camp”.
Since 2019, I have collaborated with migrant shelters, and asylum seekers along the Texas-Tamaulipas border, focusing on camps in Matamoros and Reynosa. These camps, often makeshift and precarious, are the direct result of policies like the Migrant Protection Protocols (MPP) and Title 42, which have pushed asylum seekers into extended periods of waiting under unsafe conditions. My research examines how infrastructure, space, and creativity within these camps mitigate systemic violence while highlighting the endurance of migrant communities.
The U.S.-Mexico border has become a site of militarized control, employing strategies of deterrence and exclusion that disproportionately affect black and brown migrants. Policies like the CBP One system further complicate access to asylum by layering digital barriers on top of physical ones, exemplifying what scholars describe as the “weaponization of waiting.” These policies not only delay but actively harm migrants, eroding their rights while exposing them to violence, neglect, and exploitation.Through photography, I capture the lived realities of these spaces, emphasizing the human cost of border enforcement. The images provide visual testimony to the resilience and agency of migrants, offering a counternarrative to the erasure of their struggles and the normalization of the conditions they endure.
Why are those particular photographs important to your research?
These photos are integral to my research as they visually document the lived experiences of asylum seekers in the Matamoros migrant camp. They reveal the harsh physical conditions shaped by policies like the MPP and Title 42, which force families to endure protracted waiting under inadequate shelter.
The first photo, “Pathway Through Uncertainty: Daily Life in Matamoros Migrant Camp,” highlights the resilience of migrants navigating improvised pathways and shelters in an environment of instability. It underscores their resourcefulness in creating livable spaces under extreme duress.
The second photo, “A Temporary Haven: Children Play Amidst Tents in the Matamoros Camp,” juxtaposes harsh realities with fleeting moments of joy, showing children playing amid tents. This image emphasizes the strength of human spirit and the enduring innocence of childhood, even in dire circumstances.
“Frozen Morning in Matamoros: Harsh Winter Conditions at the Asylum Seekers’ Camp” (Image 3) captures the freezing temperatures and physical toll of winter. Icicles hanging from tarpaulin roofs emphasize the vulnerability of camp residents.
“Forgotten Toys: A Glimpse into the Lives of Children in the Matamoros Camp” (Image 4) portrays the struggles of children in the camp through abandoned dolls and toys, symbolizing interrupted childhoods.
Finally, “Resilience Amid Hardship: Improvised Shelters at the Matamoros Asylum Seekers’ Camp” (Image 5) depicts the creative adaptations of camp residents using tarps, patchwork materials, and makeshift chimneys to sustain themselves, a testament to human perseverance.By embedding these visuals into my ethnographic analysis, I aim to challenge dehumanizing discourses and expose the systemic violence that shapes these living conditions. These photos humanize the broader narrative, providing a deeper understanding of migration’s social dimensions.
